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Nacimiento de una pasión


El 24 de abril el Club Atlético Newell's Old Boys celebra un nuevo aniversario del nacimiento de Isaac Newell. Impulsor del fútbol en Argentina y máximo responsable de una descendencia que construyó los pilares de la institución leprosa y fortaleció a lo largo de los años el amor por los colores rojinegros. Isaac nació en Inglaterra el día 24 del cuarto mes del año en 1853, en un pequeño poblado a orillas del Río Medway, en el condado de Kent. En 1869 y con tan sólo 16 años el joven entusiasta arribó a estas tierras en un buque de carga junto a una carta de recomendación. En Rosario fue hospedado por Guillermo William Wheelwright, administrador de la línea ferroviaria, por lo que trabajó como aprendiz de telegrafista en la red de trenes local, mientras asistió en el horario nocturno a la escuela con el objetivo de completar sus estudios. Poco tiempo después ocupó un cargo en la Inspección General del Telégrafo Trasandino, en Villa María, Córdoba y fue promovido luego como Jefe de telegrafistas en la provincia de San Luis. Posteriormente Isaac regresó a Rosario para definir su formación académica, donde conoció a sus 23 años a Anna Margaretha Jockinsen, alemana con la cual se casó en diciembre de 1876. Ambos se recibieron como profesores de Inglés en 1878 en el Colegio Anglicano y recibieron el nacimiento de su primer hijo, Claudio Lorenzo Newell.

Correspondió su vocación de enseñar con la responsabilidad como maestro y en 1880 se desempeñó junto a su compañera en la dirección de la entidad escolar. Se fortaleció en esa época la reputación del establecimiento y se otorgaron becas y padrinazgos a quienes no podían solventar los gastos económicos.

En 1884 fundaron su propio espacio, el Colegio Comercial Anglo Argentino en el número 139 de la calle Entre Ríos, casona en la que habitó Isaac durante sus primeros años en el país. Ambos lideraron una revolución en la ciudad de Rosario, creando la primera escuela de la región que cobijó a alumnos de todas las religiones. Recibieron a niños de todas las razas, hijos de criollos e inmigrantes, un verdadero bastión multicultural que funcionó además como internado, brindando albergue a los estudiantes más necesitados. La familia Newell compartió con ellos su vivienda y su formación humana y moral.

Ese mismo año se incorporó el fútbol a la escuela a través de la pelota de cuero y el reglamento que trajo Isaac desde su Inglaterra natal. Los códigos que dieron nacimiento al fútbol moderno fueron redactados en Londres en 1863 y significaron las normas del fútbol universal que sentó diferencias definitivas en relación a la práctica del rugby.

Los alumnos del Colegio Comercial Anglo Argentino pudieron por ello disfrutar durante los recreos de partidos amistosos, tuvieron además la oportunidad de inaugurar el campo deportivo lindero denominado por entonces Club Atlético Newell School y defendieron con orgullo la insignia de la escuela. El escudo mancomunó el color rojo y negro, con representación de la lámpara de la sabiduría y de las alas de Mercurio, Dios de la elocuencia y el comercio en la mitología romana, con inclusión de las banderas de Inglaterra y Argentina.

Se trató de un verdadero legado que fusionó las actividades físicas con el aspecto intelectual. Desde ese momento la pasión por la educación abrió puentes en todo Rosario y contagió el amor por el deporte y por el desarrollo futbolístico. Tan sólo la muerte de sus seres queridos marginó a Isaac de las aulas. Los fallecimientos de su hija Nora en 1898 y de su esposa Anna en 1899 lo comprometieron a postergar su función como director, con nombramiento en su cargo de Claudio Lorenzo Newell. Emprendió entonces un viaje de regreso a Inglaterra para despedirse de todos sus allegados.

En su regreso a Rosario fue testigo de su legado más trascendental, ya que su hijo Claudio junto a un grupo de ex alumnos, emergieron en su honor en 1903 el Club Atlético Newell's Old Boys . Semilla de vida, educación y gloria que hoy forma parte de la historia latente de la ciudad y hecha raíces en diferentes rincones del mundo entero.


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